Fuera de casa

Mientras el celiaco permanece dentro de su entorno habitual el cuidado de su dieta se mantendrá en términos de seguridad suficientes porque están bajo su propio control. Pero cuando se ve en la necesidad de comer fuera del hogar, en comedores colectivos, restaurantes, hoteles…. ese control pasa a manos de terceros, cuyo conocimiento sobre la enfermedad celíaca, la dieta sin gluten, o la contaminación cruzada, pueden ser adecuados, o no.

En ese momento, al celiaco se le plantea un problema porque no tiene las suficientes garantías de que la ingestión de alimentos en esas condiciones no suponga una transgresión a la dieta con las consecuencias que eso conlleva.

Para evitar en lo posible ese riesgo es aconsejable:

  1. Buscar preferentemente, si es posible, establecimientos avalados, asesorados o acreditados por entidades (asociaciones, instituciones, etc) que han corroborado que la oferta para celiacos es segura en ellos, y que por tanto, no deben suponer ningún riesgo. Habitualmente contarán con algún tipo de distintivo que los identifica.
  2. Otros establecimientos pueden ofrecerle opciones sin gluten igualmente válidas. En estos casos, asegúrese previamente de que realmente es así, recabe toda la información posible sobre los alimentos que pretende consumir, su almacenamiento, elaboración, manipulación y cómo se sirven, el conocimiento del personal sobre la enfermedad y la dieta. En ocasiones las ofertas sin gluten no están dirigidas directamente a personas celiacas sino que se hacen en términos de «modas dietéticas» o «dietas saludables» sin atender a las necesidades específicas del celiaco.
  3. Si necesita comer en establecimientos donde no existe oferta sin gluten, exponga claramente sus necesidades, procure no solicitar platos muy elaborados o complejos donde sea difícil conocer su composición, opte por platos sencillos donde sea fácil contrastar ingredientes y manipulación como carnes o pescados a la plancha, verduras rehogadas, patatas fritas o cocidas, ensaladas, fruta o similares. No tenga reparo en hablar con el responsable y explicar, y asegurarse, de cuáles son las condiciones de elaboración y manipulación para que no exista riesgo de contaminación.
  4. Identifíquese como celiaco y, siempre que sea posible, anuncie su presencia con antelación, evitará improvisaciones y minimizará riesgos. No todas las ofertas están disponibles en todo momento, en algunos casos sòlo lo estarán con previo aviso, por ejemplo, en comidas servidas en medios de transporte (tren, avión, cruceros, etc.).
  5. Tenga en cuenta que aunque la declaración obligatoria de alérgenos debería referirse al producto final listo para el consumo, en muchas ocasiones sólo informa de los platos que contienen gluten como ingrediente, sin tener en cuenta la contaminación, y por tanto, puede que sólo le esté informando de qué platos «no puede tomar» pero no le esté garantizando cuáles «sí puede tomar». Infórmese previamente.
  6. En reuniones, eventos, fiestas, cumpleaños o similares prevea con antelación las condiciones en las que va a consumir esos alimentos. Convenga con al anfitrión o el responsable si se puede adaptar a la situación, si es necesario modificar algún aspecto o si, incluso, es necesario que aporte sus propios alimentos.
  7. Anteponga siempre su seguridad a cualquier otro condicionante, si no está seguro de lo que va a consumir busque alternativas.

Recuerde que

«aunque sólo sea un poquito«

hace daño